Periodismo del pueblo
¡Hola! soy Leydi Garcia, estudiante de Comunicación Social y Periodismo de cuarto semestre de la Universidad La Gran Colombia. En este espacio encontrará periodismo dirigido a ustedes y para ustedes los espectadores, donde hare un análisis desde múltiples perspectivas. UN PERIODISMO PARA LA COMUNIDAD 💣💪💙
miércoles, 1 de diciembre de 2021
jueves, 18 de noviembre de 2021
Una mágica aventura en el Jardín Botánico
Era un sábado, 13 de noviembre de 2021, un día que prometía
ser agradable ya que el sol poco a poco se asomaba, parecía encajar perfectamente con el plan que había para hoy, visitar uno de los lugares más emblemáticos de
Colombia, El Jardín Botánico de Bogotá, José Celestino Mutis. Su reconocimiento es muy merecido, puesto que, allí se encuentra el árbol nacional, La Palma de Cera, la palmera más grande del territorio nacional y las famosas orquídeas, también un símbolo representativo, con más 4.270 especies que actualmente se encuentran en este país, llevándose el primer puesto con la mayor cantidad de estas plantas.
En días anteriores invité a Andrés Cuadrado, un compañero de
la universidad. Sin dar ningún rodeo él acepto la invitación
amablemente. Era la primer visita, al contrario de Andrés, que tuvo el privilegio de ir a los 4 años de edad, no obstante, sus recuerdos
eran muy escasos. Nos llevó 10 minutos para llegar, en realidad, si era como lo dibujaban las personas que ya lo habían visitado, un hermoso sitío turístico, rodeado de abundante naturaleza en cualquier esquina a donde mirarás. Para aquellos que deseen conocer y visitar un lugar diferente, donde no solo se divertirán sino que también aprenderán sobre el estudios de las ciencias y la botánica. La entrada tiene un costo de $5.000 y el tropicario tiene un valor de $10.000. Si usted es mayor de 62 años el ingreso a las instalaciones sera totalmente gratuito. Los extranjeros no se quedaban atrás, hablando de los visitantes, lo cual me hace pensar que el motivo de esto es por el amplio interés que estás
personas demuestran por la fauna y la flora del territorio colombiano.
El vigilante revisaba las maletas de todos, muchos de los visitantes llevaban algunos alimentos o como se dice coloquialmente "mecato", y él con una voz muy grave y decisiva, anunció algo que no es visible en su página, solo lo sabrán cuando esten en las puertas de la entrada, "aqui esta prohibido ingerir alimentos, los que deseen hacerlo tendrán que salir".
La fuente artificial fue lo primero que se cruzó por nuestros
ojos, a través, de un balcón decorado con un enredijo de hojas. Una extensa
vegetación, diferentes tipos de plantas medicinales, palmeras, aves y junto con
eso, su exótico olor a naturaleza, sin olvidar la paz infinita que se siente por
el sonido de las aves y la cascada. En el bosque de pinos se encuentra el Gingo
Biloba, una planta muy reconocida por sus propiedades medicinales que se
pronuncia en varios comerciales de la radio y la televisión.
la cascada, uno de uno de los mejores atractivos del jardín, por no decir "el mejor", no solo por ser una vitamina para nuestros ojos, sino por los sonidos ideales para aquellas personas con insomnio y relajantes para los que quieren olvidarse de lo que demanda el día a día. Mientras conversabamos con un visitante, Jorge Rivas, quien habló de la experiencia inolvidable de estar en ese lugar, rodeado de tanta naturaleza. El tenía con que profundizar sobre el jardín puesto que, esa era la tercera vez que lo visitaba.
Hicimos un recorrido por todos los estupendos lugares. Una buena compañía, el sonido de los pájaros, la relajante caída del agua de las cascadas, hacían de ese fin de semana, el mejor.
Después de conocer un poco acerca de la fauna y la flora que ofrece nuestro bello país, llegamos a la Maloca hermosa, un lugar que hace parte de nuestra cultura precolombina, la cual en ese entonces era la morada de los indígenas amazónicos. Se siente un aroma no muy agradable, pero que representaba la historia de las antiguas generaciones. El polvo que fácilmente pasa por nuestro olfato es sinónimo del pretérito que se encuentra en nuestros genes.
Aunque la entrada que habíamos cancelado (tarifa general) nos
impedía tener el acompañamiento de un guía que nos explicará el funcionamiento
del lugar, fue más que suficiente, poder observar lo excéntrico en la vida cotidiana y más en una ciudad como Bogotá
Finalizando el transcurso nos percatamos de una construcción que
estaban realizando y me dio curiosidad saber de que se trataba, pero mi intención se vio
opacada por los cambios de ropa y con tan mala
suerte que ya iban de salida. Cuando parecía que ya me había resignado, vi a lo
lejos a uno de ellos con su uniforme y todo… dije yo “perfecto”. El nos informó que "la obra se estaba realizando con fines de
remodelación y aunque no pudo confirmar la fecha en que se entregaría, sí nos dio algunos indicios de que sería muy pronto.
Al ver que ya se acercaba el atardecer, siendo las 4:30 de la tarde, nos dispusimos a volver a nuestras viviendas. Para ser sincera no era tanto por lo tarde, la razón fue, el deseo de evadir la hora pico (el tiempo mas congestionado en el transporte), que se aproximaba, puesto que, esta empezaba de 5:00 a 5:30 de la tarde.
Buscando dentro de mis pensamientos y hallando una razón para explicar ¿por qué en mis 24 años de vida nunca había ido al Jardín Botánico?, fue inútil, no encontré ninguna justificación para dentro de todo ese tiempo no haber visitado este mágico lugar, al cual, espero que ustedes leyendo este artículo hayan sentido la experiencia de estar allí y se animen a conocer este paraíso terrenal.
viernes, 5 de noviembre de 2021
Estructura de la crónica - Jardín Botánico de Bogotá
Fecha de visita: 13/11/2021
Hora: 9:00 a.m.
Lugar: Jardín Botánico de Bogotá
Dirección: Avenida Calle 63 No. 68-95
Horario: Lunes a viernes: 8:00 a.m. - 5:00 p.m.
Sabados, Domingos y festivos: 9:00 a.m. - 5:00 p.m.
Teléfono de contacto: 437 70 60 Ext. 1054
Medios: Celular y espero tener mi tripóde en esos tiempos.
Tema: Crónica descriptiva del dia que voy a pasar allí, congestión de personas en el lugar, actividades que se hacen dentro del jardín.
Trabajos periodísticos: Entrevista a funcionarios y visitantes, , fotos de los entrevistados, fotos del lugar, audios.
Tarifa de ingreso:
La tarifa general para los usuarios es de $5.000 a exepción de los adultos mayores de 60 años y los niños menores de 5 años.
El tropicario tiene el mismo precio para los usuarios. Solo los extranjeros deben cancelar $10.000 por el ingreso de esta forma.
miércoles, 3 de noviembre de 2021
La excéntrica evolución del lenguaje
No se ha preguntado, ¿por qué los jóvenes hablan de esa manera tan espontánea y muchas veces vulgar?. Tal vez en su momento lo que actualmente juzgan nuestros padres y abuelos, era un constante en su diario vivir, debido a que estas notas musicales que salen de nuestra mente y nuestras emociones, cambian en cada generación, cultura o ritmo de vida. A tal punto que nuestros familiares, no sepan ni papa cuando les decimos: X2, severo o pailas o cuando cruzamos la estrecha línea que existe entre nuestra propia identidad, los valores inculcados en casa y las influencias negativas, haciendo mención de palabras como: gonorrea o pirobo.
Un chorrero de palabras utilizadas, que no tienen ni un solo renglón en el diccionario, simplemente les parece "chévere" utilizarlas, más a los jóvenes que les gusta ser opuestos a las reglas, muchas veces obsoletas que nos quiere ordenar la sociedad.
Las palabras son ondas sonoras que se modifican fortuitamente en cada espacio y tiempo. Algunas carecen de significado original, como arrecho, mejor conocida en Colombia como el sinónimo de “excitado”, aunque pocos conocen el concepto santandereano que, si bien se pronuncia con exactitud, es el verbo de malgenio. Avión el cual antes de que se inventaran los aviones, en el siglo XVII era un pájaro. Esta misma palabra no paro de mutar. Actualmente se escucha por la fría y la que muchos llaman como “la ciudad de todos”, Bogotá, decirle avión a una persona sagaz o astuta, que “no le importa pasar por encima de los demás solo para lograr lo que quiere”, lo que en Bucaramanga “la ciudad bonita”, le dicen avispado.
En Colombia, se habla con frescura, vamos a la tienda y decimos “veci, me regala un litro de leche”, cuando lo que en realidad queremos es comprar. Esto es porque utilizamos palabras que no se relacionan con lo que queremos dar a entender, pero igual nos entienden, porque la popularidad, prima sobre cualquier norma de lenguaje.
Se abusa muchas veces de las palabras, que se llega a cambiar su significado de una manera estrepitosa y brusca. Lámpara, que siempre fue un objeto para iluminar nuestra casa en esas noches oscuras y en ocasiones frías, fue adaptada por los jóvenes como una grosería, que abunda principalmente en los barrios populares.
Por otro lado, el tecnicismo se refleja en las vastas épocas que vivieron nuestros antepasados, en donde el lenguaje era una muestra clara de educación. Actualmente ya no es primordial en tiempos donde la mediocridad se ve a flor de piel, el estudio ya no es una digna certificación de nuestro conocimientos. Personas con maestrías y doctorados, no ganan ni la tercera parte de lo que un youtuber, instagramer o bloguero cotiza en sus videos.
Tal vez no lo imaginemos o escasamente pase como el viento roza nuestra cara, la inesperada cultura del futuro, mucho menos las palabras que surgirán en tiempos donde se prevé que la tecnología coordinara todos los ámbitos de la vida cotidiana, lo que si sabemos es que el tiempo no llega solo, sino acompañado de nuevas palabras, nuevas modas, nuevas costumbres y sobre todo nuevas experiencias.
martes, 26 de octubre de 2021
El universo interior de una mujer trans
Así empieza la vida de Damarys, actualmente propietaria de “Hadas”, una peluquería situada en el barrio Bosa la Libertad. Conceptualizando un poco mi historia, una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre. Un destino que ella no pidió, pues no podemos planear el género con el cual llegamos al mundo. Que estupendo sería si pudiéramos escoger nuestras vidas… nuestro físico… nuestro estatus social… nuestros padres. Sentir que su identidad de género era otra, no surgió con el tiempo. Fue algo que sintió incluso cuando daba sus primeros pasos. Siempre tuvo ese glamour, esa anhelada delicadeza que caracteriza a una mujer. Desde pequeño no me gustaba jugar a los carritos sino lo que tanto deseaba era jugar con las muñecas de su amiga Luna, una chica que vivía a tres casas de la mía, en el conjunto Puerta al Horizonte, donde crecieron juntas. Recuerdo que eran como dos hermanitas. A Damarys siempre se le veía rodeada de mujeres, algo que era muy extraño y causaba curiosidad. Él quería el color rosado, pero por miedo a lo que pensara la sociedad, escogía el color azul. Él sabía que no era la vida que le pertenecía. Como si hubieran cambiado su cuerpo, como si no fuera el sino otra persona. Sentía como mujer, pensaba como mujer y hasta sus ojos se ponían en aquellos que tenía por iguales, no como cuando ves a un asesor bancario o al tendero del barrio sino esa mirada que nace como producto de sentir mariposas en el estómago. Cuando sus ojos se encuentran en un laberinto sin salida, encorralado en aquel panorama que no le pertenece pero que quisiera hacer suyo.
Un límite
absurdo que le impedía actuar naturalmente. Una pared muy angosta en la
garganta, que no le dejaba ni pasar saliva. Es algo que no le deseo a nadie, ni
siquiera a esos que planeaban como hacerle la vida imposible en la escuela o
aquellos que decían ser sus amigos, pero cuando estaba en el peor momento de su vida, le dieron la espalda. Y de sus padres ni se diga… cuando me encontraba en
una encrucijada que determinaría el rumbo de mi vida. Tendría que decidir entre
conservar las personas que estaban a mi alrededor o empezar mi verdadera vida y
empezar a preocuparme por mi bienestar y seguridad, ¿sonaba mejor la segunda
no?, para nadie es un secreto que llegamos solos a este mundo y así mismo nos
vamos. Si yo no empezaba a preocuparme por mí… ¿quién más los haría? Me tiraron
a la calle como si fuera un perro sucio, solo por no cumplir con sus ignorantes
estándares, con sus viles creencias que divide a los “malos” de los “buenos”,
no se debe confundir los gustos e identidad sexual, con principios éticos,
porque créeme, en la cárcel abundan bastantes heterosexuales.
El sol no se
tapa con un dedo y por más que quisiera ocultar su realidad, sentía que no
merecía vivir así, fingiendo ser lo que no era. Quería darle un vuelco a su vida, tal vez encontrarle sentido. Ya no le importaría lo que la sociedad pensara, con
sus estereotipos y sus infinitas reglas, lo que quería finalmente era ser feliz
y es así como empezó su transformación, aunque no tenía sentido llamarla así,
porque nada cambiaría dentro de ella. Si, porque siempre fue “ella”. Solo esa
apariencia física con la que batallo durante largos años, aquella que me
producía asco y me avergonzaba cada vez que me miraba al espejo. Por fin decidió
abrir su corazón, para contarle a mis padres como me sentía y la decisión que
había tomado. Como sabía que no era un trabajo fácil y el machismo y la homofobia
se pronunciaba en cada esquina y crecía como espuma, del cual era participe mi
padre era exorbitante. les pedí que se sentaran. Mis latidos se aceleraban y
una gota de sudor brotaba por su cara, al pensar cuál sería su reacción. El
momento llegó y se dispuso a contarles lo que había guardado dentro su corazón por
mucho tiempo. Les dije que quería hacer una transición de género, que ya no quería
estar más en un cuerpo que no me correspondía y con el cual no se sentía cómoda.
Ellos no comprendieron sus sentimientos y sus anhelos por ser una mujer. En
lugar de eso, lo trataron de una manera grotesca e intolerable. Eso es algo que
nunca he olvidado. Por lo que hasta el día de hoy se limita solo a saludarlos,
pero de lejitos. Aunque algún día tendrá que perdonarlos, porque no solo está
en juego su orgullo sino también su tranquilidad.
Siempre sufrió rechazo
por parte de sus padres y aunque sabía que su reacción no sería la mejor ni la
más apropiada, nunca pensó que un padre, quien nos vio al nacer y se supone que
nos cuida más que a sí mismo, arrojaría a su suerte a su hijo a un lugar que ni
el mismo conoce, unos sótanos del infierno donde pocos sobreviven “la calle” …
cuando pensaba que sería más duro para el, por el alto nivel de homofobia que
abundaba por estas mismas… y ahí estaba Damarys a sus 10 años. Con la duda de
cómo iba a sobrevivir. Le causaba terror pensar que no duraría ni una semana
transitando por estas largas y densas vías. Pero, si iba a afrontar este reto,
lo haría con todas las de la ley. Bien dicen que el miedo se pierde cuando lo
empiezas a enfrentar por todo lo alto y eso significaba vestirme como una
mujer.
El primer día me
fue como perro en misa. Llegó a un lugar, que nunca en su vida había visto en
vivo y en directo, pero debido a las noticias que su madre colocaba sin falta todos
los días a las 12: 30 p.m. logre acordarse de esa apariencia desagradable,
turbia y poco higiénica que caracteriza a las mal llamadas “ollas” que se
encuentran en la calle 22. Primero su instinto le impedía acercarme a ese lugar
de mala muerte, pero también tenía la necesidad de sentir, aunque sea un poco
de calor; el cual abundaba en ese lugar. No le importaba el olor a cigarrillo,
mariguana, etc. Sin dinero no podía imaginar en que otro lugar pasaría la
noche. Como ella había muchos jóvenes sacados de sus casas, por padres que ya
no encontraban otro recurso para ayudarlos a salir de ese infierno llamado,
“drogadicción”. Pero su caso era excepcional. No sé si la época de 1982 tiene
relevancia para lograr entender, ¿por qué ella era la única mujer trans en ese
lugar?, tal vez si… La noche transcurría en total calma, estaban tan drogados
como para identificarme. Pero a la 1:00 a.m. una joven como de unos 20 años
empezó hablar en tono de burla, diciéndole maricón, ¿quién le dio permiso de
estar aquí? No contenta con insultarla se acercó y la golpeó en la cabeza. Le
decía una y otra vez, ¡respóndame!, él se quedó mudo, la suerte no era su compañera
en esa ocasión. Inmediatamente todos se abalanzaron contra él y siguieron el
juego de esa idiota. Aquella noche vivió en carne propia esa rabia enfermiza, y
ese aislamiento de las personas, como si fuera un virus que quisieran borrar de
la faz de la tierra e imposibles candidatos para la reproducción.
jueves, 21 de octubre de 2021
De estar en las tribunas de los estadios a cubrir los partidos
Su interés por el deporte y su perseverancia lo llevaron a cumplir sus sueños
De estar en las tribunas de los estadios a cubrir los partidos
El periodista deportivo José Orlando Ascencio durante su niñez y adolescencia iba a los estadios con su padre, de quien heredó esta afición por el deporte. Desde pequeño tenia claro sus proyectos, puesto que, su pasión por el futbol era a tal punto, que hasta hacia informes de los partidos en donde era espectador. El radio no podía faltar dentro de su maleta, era un elemento que llevaba a todas partes porque no le gustaba perderse ningún tour de ciclismo, competencia de golf o partido de fútbol.
Por: Leydi Juliana García Payares
Trayectoria laboral
El sub- editor de deportes de El Tiempo no siempre trabajo en lo que realmente le apasionaba, ya que para llegar a eso tuvo que ejercer varios roles en el periodismo. En 1991, en sus inicios, trabajo en la emisora Todelar en el área de redacción, luego en la revista "Agenda Cultural" editada por la Universidad Jorge Tadeo Lozano, de donde es egresado. Finalmente en el año 1997 logró entrar al periódico El Tiempo, lugar en donde actualmente se encuentra empleado, en deportes y trabajando en lo que realmente le apasiona. En su primer trabajo en este medio de comunicación participó en el primer minuto a minuto del partido de Argentina - Colombia, como selección local en 1997.
Tips para ser un buen periodista
Para el, el periodismo va más allá de ser solo un trabajo, es una entrega total, un buen periodista tiene que tomar su profesión como un estilo de vida, no solamente serlo durante las horas laborales. Tampoco limitarse a un solo rol, debe empaparse de todos los temas, aunque ese no sea su trabajo. Eso, si quiere convertirse en un periodista de calidad, que le brinde a la audiencia, más de lo que ellos pueden ver.
"Un periodista debe saber abrirse a otras disciplinas, no centrarse solo en el fútbol que es lo que más da... todas las disciplinas dan la posibilidad de contar historias, de encontrar personajes y de destacarse. Lo segundo es ser abiertos a todo tipo de información y no solo me refiero a la periodística. Uno tiene que estar en la capacidad de asumir la responsabilidad de cubrir otras cosas cuando le corresponde". precisó: José Orlando Ascencio.
Considera que ha logrado todo lo que había soñado. Sin embargo, hay proyectos futuros pendientes, como trabajar en la radio y convertirse en un comentarista deportivo.
jueves, 30 de septiembre de 2021
miércoles, 29 de septiembre de 2021
Entrevista recomendada
El periodista deportivo José Orlando Ascencio Wilches
José Orlando Ascencio Wilches:
Mi personaje asignado a entrevistar es subeditor de Deportes de EL TIEMPO. Por medio de su libro explica el recorrido por los 70 años de historia del fútbol profesional colombiano, a través de 50 nombres que marcaron el crecimiento del torneo, este es el resumen de ¡Jueguen, muchachos!, el libro que lanza Jose Orlando Ascencio, justo cuando se cumplen siete décadas del primer partido de la Liga, Atlético Municipal vs. Universidad, que se jugó el 15 de agosto de 1948. "El libro es un homenaje a los que hicieron grande al torneo local. Toda selección es injusta, pero a la hora de armar la lista tratamos de que hubiera una representación de todos los grandes momentos de la Liga", dijo el autor.
La obra, con prólogo de Hernán Peláez Restrepo, consta de 50 biografías de cada uno de los jugadores destacados por su actuación en el torneo local, organizados por su fecha de nacimiento. "No se extrañen si en el libro no están ni James ni Falcao: son dos de los más grandes de la historia, pero no tuvieron, prácticamente, actuaciones en el torneo local", explicó Ascencio.
El autor, ganador del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en 2009 al
mejor trabajo en televisión y del Premio Nacional de Periodismo Acord en 2016,
en la categoría de prensa, publica su primer libro en solitario. Ya había sido
coautor de Así volvimos al Mundial, en 2013, y Mundialazo, en 2014.
José Orlando Ascencio se graduó de Comunicación Social y Periodismo en la Universidad Jorge Tadeo Lozano en 1994 y lleva 26 años trabajando en la casa editorial de El Tiempo.
Editorial: Intermedio
- Premio Nacional de Periodismo Acord
Acord
feb. de 2016
Primer premio, modalidad Medios Impresos, por el trabajo "Jesús Amaya llegó a su estrella número 100", publicado en EL TIEMPO el 28 de febrero de 2015
- Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar
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oct. de 2009
Fuentes para su localización:
Instagram: https://www.instagram.com/josasc72/?hl=es
Facebook: https://www.facebook.com/Jose.Orlando.Ascencio
Perfil laboral:
lunes, 27 de septiembre de 2021
jueves, 23 de septiembre de 2021
Se cumplen casi 10 años de la inundación en Bosa El Recreo
Las afecciones invernales dejaron a más de 5.000 damnificados en Bogotá.
Se cumplen casi 10 años de la inundación en Bosa el Recreo
El 11 de diciembre de 2011 el barrio Bosa el Recreo, ubicado en el suroccidente de Bogotá, vivió una inundación, producida por las fuertes lluvias que generaron el desbordamiento del Río Bogotá y el rebose de aguas negras,
Boletin de la entrevista
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Tema: La inundación en Barrio Bosa el Recreo Personaje: Pedro Pablo Ramírez Lugar: Conjunto Kasay de los Venados I Dia de la entrevi...
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Las afecciones invernales dejaron a más de 5.000 damnificados en Bogotá. Se cumplen casi 10 años de la inundación en Bosa el Recreo El 11 d...