jueves, 18 de noviembre de 2021

Una mágica aventura en el Jardín Botánico


Era un sábado, 13 de noviembre de 2021, un día que prometía ser agradable ya que el sol poco a poco se asomaba, parecía encajar perfectamente con el plan que había para hoy, visitar uno de los lugares más emblemáticos de Colombia, El Jardín Botánico de Bogotá, José Celestino Mutis. Su reconocimiento es muy merecido, puesto que, allí se encuentra el árbol nacional, La Palma de Cera, la palmera más grande del territorio nacional y las famosas orquídeas, también un símbolo representativo, con más 4.270 especies que actualmente se encuentran en este país, llevándose el primer puesto con la mayor cantidad de estas plantas. 

En días anteriores invité a Andrés Cuadrado, un compañero de la universidad. Sin dar ningún rodeo él acepto la invitación amablemente.  Era la primer visita, al contrario de Andrés, que tuvo el privilegio de ir a los 4 años de edad, no obstante, sus recuerdos eran muy escasos. Nos llevó 10 minutos para llegar, en realidad, si era como lo dibujaban las personas que ya lo habían visitado, un hermoso sitío turístico, rodeado de abundante naturaleza en cualquier esquina a donde mirarás. Para aquellos que deseen conocer y visitar un lugar diferente, donde no solo se divertirán sino que también aprenderán sobre el estudios de las ciencias y la botánica. La entrada tiene un costo de $5.000 y el tropicario tiene un valor de $10.000. Si usted es mayor de 62 años el ingreso a las instalaciones sera totalmente gratuito.  Los extranjeros no se quedaban atrás, hablando de los visitantes, lo cual me hace pensar que el motivo de esto es por el amplio interés que estás personas demuestran por la fauna y la flora del territorio colombiano. 

El vigilante revisaba las maletas de todos, muchos de los visitantes llevaban algunos alimentos o como se dice coloquialmente "mecato", y él con una voz muy grave y decisiva, anunció algo que no es visible en su página, solo lo sabrán cuando esten en las puertas de la entrada, "aqui esta prohibido ingerir alimentos, los que deseen hacerlo tendrán que salir".

La fuente artificial fue lo primero que se cruzó por nuestros ojos, a  través, de un balcón decorado con un enredijo de hojas. Una extensa vegetación, diferentes tipos de plantas medicinales, palmeras, aves y junto con eso, su exótico olor a naturaleza, sin olvidar la paz infinita que se siente por el sonido de las aves y la cascada. En el bosque de pinos se encuentra el Gingo Biloba, una planta muy reconocida por sus propiedades medicinales que se pronuncia en varios comerciales de la radio y la televisión. 

la cascada, uno de uno de los mejores atractivos del jardín,  por no decir "el mejor", no solo por ser una vitamina para nuestros ojos, sino por los sonidos ideales para aquellas personas con insomnio y relajantes para los que quieren olvidarse de lo que demanda el día a día. Mientras conversabamos con un visitante, Jorge Rivas, quien habló de la experiencia inolvidable de estar en ese lugar, rodeado de tanta naturaleza. El tenía con que profundizar sobre el jardín puesto que, esa era la tercera vez que lo visitaba. 

Hicimos un recorrido por todos los estupendos lugares. Una buena compañía, el sonido de los pájaros, la relajante caída del agua de las cascadas, hacían de ese fin de semana, el mejor.

Después de conocer un poco acerca de la fauna y la flora que ofrece nuestro bello país, llegamos a la  Maloca hermosa, un lugar que hace parte de nuestra cultura precolombina, la cual en ese entonces era la morada de los indígenas amazónicos. Se siente un aroma no muy agradable, pero que representaba la historia de las antiguas generaciones. El polvo que fácilmente pasa por nuestro olfato es sinónimo del pretérito que se encuentra en nuestros genes.

Aunque la entrada que habíamos cancelado (tarifa general) nos impedía tener el acompañamiento de un guía que nos explicará el funcionamiento del lugar, fue más que suficiente, poder observar lo excéntrico en la vida cotidiana y más en una ciudad como Bogotá 

Finalizando el transcurso nos percatamos de una construcción que estaban realizando y me dio curiosidad saber de que se trataba, pero mi intención se vio opacada por los cambios de ropa y con tan mala suerte que ya iban de salida. Cuando parecía que ya me había resignado, vi a lo lejos a uno de ellos con su uniforme y todo… dije yo “perfecto”. El nos informó que "la obra se estaba realizando con fines de remodelación  y aunque no pudo confirmar la fecha en que se entregaría, sí  nos dio algunos indicios de que sería muy pronto.

Al ver que ya se acercaba el atardecer, siendo las 4:30 de la tarde, nos dispusimos a volver a nuestras viviendas. Para ser sincera no era tanto por lo tarde, la razón fue, el deseo de evadir la hora pico (el tiempo mas congestionado en el transporte), que se aproximaba, puesto que, esta empezaba de 5:00 a 5:30 de la tarde. 

Buscando dentro de mis pensamientos y hallando una razón para explicar ¿por qué en mis 24 años de vida nunca había ido al Jardín Botánico?, fue inútil, no encontré ninguna justificación para dentro de todo ese tiempo no haber visitado este mágico lugar, al cual, espero que ustedes leyendo este artículo hayan sentido la experiencia de estar allí y se animen a conocer este paraíso terrenal.













viernes, 5 de noviembre de 2021

Estructura de la crónica - Jardín Botánico de Bogotá

Fecha de visita: 13/11/2021

Hora: 9:00 a.m.

Lugar: Jardín Botánico de Bogotá

Dirección: Avenida Calle 63 No. 68-95

Horario: Lunes a viernes: 8:00 a.m. - 5:00 p.m. 

              Sabados, Domingos y festivos: 9:00 a.m. - 5:00 p.m.

Teléfono de contacto: 437 70 60 Ext. 1054

Medios: Celular y espero tener mi tripóde en esos tiempos.

Tema: Crónica descriptiva del dia que voy a pasar allí, congestión de personas en el lugar, actividades que se hacen dentro del jardín.

Trabajos periodísticos: Entrevista a funcionarios y visitantes, , fotos de los entrevistados, fotos del lugar, audios.

Tarifa de ingreso:

La tarifa general para los usuarios es de $5.000 a exepción de los adultos mayores de 60 años y los niños menores de 5 años.

El tropicario tiene el mismo precio para los usuarios. Solo los extranjeros deben cancelar $10.000 por el ingreso de esta forma.   


un poco de historia...

Su nombre se lo debe al astrónomo y Botánico español Jose Celestino Mutis. Fue fundado en 1955 por el sacerdote y botánico Enrique Pérez Arbeláez. Su función principal corresponde al estudio de las ciencias naturales y la conservación de las especies vegetales. 

Su área aborda aproximadamente 195.000 m² y cuenta con 903 especies. 

¿Por qué visitar el Jardín Botánico de Bogota?

Por el aprendizaje sobre los ciclos de agua mediante los diferentes objetivos para ayudar a la sostenibilidad de la capital colombiana.  Comprender la importancia de la organización del agua a través la educación ambiental. La ruta del agua, el jardín de humedales, el lago y la cascada, los sistemas de drenaje urbano sostenibles y el sistema de riego hacen parte de esta zona del jardín. 

Por su hermosa cascada y plantas criptógamas, las más antiguas del mundo. En este espacio se puede disfrutar del sonido de la cascada que a su alrededor contiene helechos y colas de caballo.




Por la hermosa maloca que se encuentra al interior del jardín. Una choza comunitaria ancestral de los indigenas amazónicos, la cual representa el centro del conocimiento y el universo en su totalidad.


Por el mirador en la zona del páramo en donde se pueden admirar las diferentes especies de aves y es la representación de la flora típica de los páramos colombianos.


Por el área de transformación y aprovechamiento de residuos vegetales producto de la tala de árboles, para que así se pueda aprovechar la madera que se recolecta en este proceso.


Por las energías limpias que utiliza a través del proyecto "Energías limpias para el jardín" busca promover cuatro procesos para el aprovechamiento energético de los recursos naturales. Entre los tipos de energias limpias que maneja se encuentran: la energía fotovoltaica, energía solar térmica, fabricacion de energía a partir de biomasa y compostaje.


Por la zona árida (seca) de clima frío es la representación de una rareza en Colombia debido a que solo sobreviven en parches aislados dnetro de cañones profundos y no en países lluviosos como este.


En esta parte del jardín se encuentran se exponen diversos tipos de plantas medicinales, aromáticas y condimento, un verdadero paraiso para el olfato. Además aquí se pueden conocer las plantas medicinales que sirven para combatir y curar las distintas enfermedades.



Por el Bosque de Pinos en donde se encuentran diferentes especies de pinos nativos, europeos y norteamericanos. También podemos observar el Ginkgo Biloba, el cual es muy usado por sus propiedades farmacéuticas y medicinales.


Por la maravillosa colección de plantas exóticas en el cual se exhiben diversos tipos de plantas utilizadas para la ornamentación para el uso habitual en los jardines de la ciudad y antejardine privados.


Por la Rosaleda en donde se encuentran 73 variedades de rosas e híbridos ornamentales. También existe una gran cantidad de rosas de porte herbáceo y arbustivo, rosas trepadoras y enredadoras.


Por el palmetum, una colección de palmas entre las que se destaca la palma de cera del Quindío fue proclamada Árbol Nacional de Colombia en 1985.


Por los invernaderos que se utilizan para la investigación en la propagación y producción donde se pueden encontrar diferentes especies de plantas entre las que destaca las hermosas orquídeas colombianas, símbolo representativo.




Por la zona de arborización donde se cultivan la mayoría de especies de plantas que se utilizan para la arborización de la ciudad (colegios, espacio público y cerros orientales).




 










 



























 















miércoles, 3 de noviembre de 2021

La excéntrica evolución del lenguaje

No se ha preguntado, ¿por qué los jóvenes hablan de esa manera tan espontánea y muchas veces vulgar?. Tal vez en su momento  lo que actualmente juzgan nuestros padres y abuelos, era un constante en su diario vivir,  debido a que estas notas musicales que salen de nuestra mente y nuestras emociones, cambian  en cada generación, cultura o ritmo de vida. A tal punto que nuestros familiares, no sepan ni papa cuando les decimos: X2, severo o pailas o cuando cruzamos la estrecha línea que existe entre nuestra propia identidad, los valores inculcados en casa y las influencias negativas, haciendo mención de palabras como: gonorrea o pirobo.

Un chorrero de palabras utilizadas, que no tienen ni un solo renglón en el diccionario, simplemente les parece "chévere" utilizarlas, más a los jóvenes que les gusta ser opuestos a las reglas, muchas veces obsoletas que nos quiere ordenar la sociedad.

Las palabras son ondas sonoras que se modifican fortuitamente en cada espacio y tiempo. Algunas carecen de significado original, como arrecho, mejor conocida en Colombia como el sinónimo de “excitado”, aunque pocos conocen el concepto santandereano que, si bien se pronuncia con exactitud, es el verbo de malgenio. Avión el cual antes de que se inventaran los aviones, en el siglo XVII era un pájaro. Esta misma palabra no paro de mutar. Actualmente se escucha por la fría y la que muchos llaman como “la ciudad de todos”, Bogotá, decirle avión a una persona sagaz o astuta, que “no le importa pasar por encima de los demás solo para lograr lo que quiere”, lo que en Bucaramanga “la ciudad bonita”, le dicen avispado.

En Colombia, se habla con frescura, vamos a la tienda y decimos “veci, me regala un litro de leche”, cuando lo que en realidad queremos es comprar. Esto es porque utilizamos palabras que no se relacionan con lo que queremos dar a entender, pero igual nos entienden, porque la popularidad, prima sobre cualquier norma de lenguaje.

Se abusa muchas veces de las palabras, que se llega a cambiar su significado de una manera estrepitosa y brusca. Lámpara, que siempre fue un objeto para iluminar nuestra casa en esas noches oscuras y en ocasiones frías, fue adaptada por los jóvenes como una grosería, que abunda principalmente en los barrios populares. 

Por otro lado, el tecnicismo se refleja en las vastas épocas que vivieron nuestros antepasados, en donde el lenguaje era una muestra clara de educación. Actualmente ya no es primordial en tiempos donde la mediocridad se ve a flor de piel, el estudio ya no es una digna certificación de nuestro conocimientos. Personas con maestrías y doctorados, no ganan ni la tercera parte de lo que un youtuber, instagramer o bloguero cotiza en sus videos.

Tal vez no lo imaginemos o escasamente pase como el viento roza nuestra cara, la inesperada cultura del futuro, mucho menos las palabras que surgirán en tiempos donde se prevé que la tecnología coordinara todos los ámbitos de la vida cotidiana, lo que si sabemos es que el tiempo no llega solo, sino acompañado de nuevas palabras, nuevas modas, nuevas costumbres y sobre todo nuevas experiencias.






Boletin de la entrevista

Reportaje - Jardín Botánico de Bogotá